miércoles, 29 de agosto de 2012

Un tornillo EN EL Plazaola

En mi anterior entrada al blog (Un tornillo del Plazaola) comentaba el hallazgo de un tornillo o tirafondo en las proximidades de la vía verde del Plazaola; hasta ahí todo correcto. A continuación lo atribuía sin dudarlo a restos de la antigua vía del ferrocarril Pamplona-San Sebastián (o tren del Plazaola). Y parece que en eso patiné.

Juanjo Olaizola, incansable historiador del mundo ferroviario, me ha hecho este comentario en la entrada:

El tirafondo que presentas en tu foto, es un RN (Red Nacional); vamos de la RENFE, que no del Plazaola original. Además si observas las inscripciones, nos indica que es de tipo 3 (modelo), su fabricante es UC (Unión Cerrajera) y su fabricación se produjo en el año 86 [83].

Supongo que se habrá usado para la realización de añgún vallado o similar, en el adecentamiento de la Via Verde.

Así que he metido la patorra, a la vista del comentario de Juanjo. En mi descargo diré que en el libro EL PLAZAOLA - Tren txiki (Esnal-Amotxastegi, en Andoaingo Paperak), en la página 130, se reseña algún material que quedó al descubierto en las inundaciones de 1983. Entre ese material aparece un tirafondo prácticamente idéntico al que yo encontré, y con las mismas dimensiones. En todo caso, la conclusión sería que en el Plazaola se emplearon tirafondos idénticos a los usados por RENFE, a pesar de la diferencia de anchos de vía, peso de los carriles, etc.

Juanjo, gracias por la aclaración.

sábado, 18 de agosto de 2012

Un tornillo del Plazaola

El ferrocarril Pamplona-San Sebastián (PSS), más conocido como "el Plazaola", terminó sus andanzas en octubre de 1953 (a raíz de las inundaciones del 14 y 15). No obstante, en el valle del Leizarán guipuzcoano continuó cierto tráfico local hasta 1958, principalmente para acarreo de madera. En la primera mitad de los 60 fue desmontada la vía en su totalidad, tanto los carriles como las traviesas y todos los pequeños accesorios (tornillería, bridas, etcétera).

 Una caminata por el antiguo Plazaola (actualmente acondicionado como vía verde) es colofón de muchos paseos por los montes aledaños, tanto por el cordal Adarra-Mandoegi-Altzegi como el de Uzturre-Ipuliño (bajando por "los canales"). Un entretenimiento añadido solía ser la búsqueda de tornillos (y hasta de traviesas) entre el balasto, que aún se conservaba. Hacia 1976 levantaron todo el suelo entre Andoain y Olloki (diez kilómetros) para soterrar una conducción de agua potable, y en ese tramo se acabó la diversión. En los años 90 también se removió el suelo original del resto del valle, entre Plazaola y Olloki.

 Por eso me alegré hace unos días al encontrarme un tornillo de los que sujetaban los raíles a las traviesas, con óxido pero en bastante buen estado (técnicamente es un tirafondo, de acero estampado). No fue en la misma plataforma de la vía, sino en un terraplén muy próximo, en la zona de Barrenola y proximidades de la central eléctrica Plazaola 1.

El hallazgo fue fortuito. La única posibilidad actual de prospectar en busca de este tipo de artilugios es en el interior de ciertos túneles abandonados, con los riesgos que ello conlleva.

Actualización: Tal como me indica Juanjo en un comentario, el tirafondo es altamente improbable que proceda del Plazaola. Lo recojo en el post Un tornillo EN EL Plazaola.

viernes, 10 de agosto de 2012

Al desbrozador de Ormakio: gracias

A veces uno se encuentra con sorpresas muy agradables en sus paseos por rincones un tanto apartados. Os cuento un caso reciente. El río Leitzaran tiene dos arroyos afluentes con el mismo nombre: Ormakio (u Ormaki). Los dos están en su margen derecha; uno de ellos en el término navarro de Leitza, y el otro en el guipuzcoano de Elduain, justo al oeste, limítrofe con Eldua (Berastegi) y Andoain. Me voy a referir a este último. El vallecito del arroyo Ormakio mide escasamente tres kilómetros, y no tiene muchos elementos destacables (aparte de su riqueza forestal y posibilidades ganaderas): unos grupos de bordas pastoriles (ya en ruinas), unas pequeñas catas mineras, las captaciones y canal de agua de la minihidráulica de Mugeta y, quizá, algún antiguo sel.

En cualquier caso, no es un lugar de destino habitual para un montañero o paseante, ni tampoco lugar de paso para los montes próximos. Salvo despistes (que también los hay) el visitante del Ormakio termina en el vallecito con intención de ver algo concreto (incluida la pesca), o bien recorriendo caminos en plan explorador. Por ello no es de extrañar que los caminos y pistas que lo recorren queden inservibles por la maleza en cuestión de pocos años.

Hace unos días me dirigí a ese vallecito con intención de visitar las ruinas de unas bordas que conocía de hace años; quería ver si aún podía hacerse alguna foto, y también localizar una fuentecita próxima. Tomé la pista forestal "general" que sube desde Inturia hacia Argarate, y al poco tiempo me desvié por otra pista que se dirige hacia el Ormakio por su margen izquierda; es una pista que se termina en el propio vallecito. Al principio estaba medio cerrada por el típico monte bajo: brezos, argomas, zarzas... aunque aún era transitable.


Aspecto de los primeros cien metros de pista

De repente, transcurridos unos cien metros... ¡la sorpresa! a partir de ese punto alguien había desbrozado la pista en toda su anchura. Y en toda su longitud restante, casi un kilómetro. Más aún, después de esa pista el desbrozador ha limpiado algo y pisado un antiguo camino que continúa por la orilla izquierda, en dirección a la presa de Mugeta; lo seguí un trozo, pero al ir solo me di media vuelta en un punto algo delicado.

Y ¡otra sorpresa! Hacia la mitad de esa pista partía en tiempos un sendero que, después de cruzar el arroyo, subía hacia las bordas que quería visitar. Pues bien... ¡también estaba desbrozado! Mismamente como si el desconocido desbrozador hubiese adivinado anticipadamente mis futuras intenciones de recorrer, precisamente, esos caminos. Increíble.

Creo que será difícil que la persona (o personas) que hicieron esa limpieza lean esto, pero me gustaría agradecérselo, y conocer el motivo de su trabajo.

PD.- Aunque la pista tiene su buen par de metros de anchura, el desbroce se hizo a pie, pues hay un par de sitios por los que no ha pasado ningún vehículo.

Y así de primorosa estaba después

domingo, 5 de agosto de 2012

Menos Gezatari

Hace ahora dos años que denunciaba en este blog que, a raíz de unos trabajos realizados en la orilla del Leitzaran, las excavadoras habían dañado el estribo que se conserva del puente de Gezatari. En esos trabajos se taló todo el bosque de ribera existente en la zona (roble, aliso, pino, etc.), y se repasó todo con excavadoras (causantes del desastre). Después se plantaron alisos de vivero. Si antes ya esra una zona expuesta a las crecidas del río, después de esta manipulación quedó aún más desprotegida, por la práctica carencia de árboles de un porte mínimo y de raíces que sujetaran la tierra. Y ha pasado lo previsible: en la riada del pasado 6 de noviembre el agua campó por sus respetos, barriendo mucha tierra y piedras, entre otras las de la parte superior de lo que quedaba del estribo. Por cierto, el objetivo por el que se taló toda la zona para repoblarla de nuevo no se ha cumplido (zona de refugio para el visón europeo), evidentemente.

jueves, 2 de agosto de 2012

Los crómlech de Abadekurutz

Muy cerca de la cima del monte Abadekurutz (en la divisoria entre el Leitzaran y el Urumea) nuestros antepasados construyeron un pequeño conjunto funerario, unos crómlech (círculos de piedra, harrespilak o mairubaratzak), en una zona en la que es habitual encontrar estos monumentos megalíticos.

Fueron descubiertos por Luis Peña Basurto en 1946, quien los publicó en 1960 en la revista Munibe. En la década de los 60 la Papelera Zikuñaga construyó un gran cortafuegos que descendía desde Abadekurutz; destruyó en gran parte el conjunto de crómlech, hasta el punto de que los monumentos se dieron por totalmente desaparecidos.

Hace pocos años se han vuelto a descubrir (entre otros, por Luis del Barrio) parte de los restos del monumento, que quedaron justo en el límite del cortafuegos. Después de mi anterior paseo por la zona he visto, con satisfacción, que el único crómlech que se conserva ha sido limpiado (2011) y convenientemente señalizado. Chapeau.