domingo, 25 de abril de 2021

Dos nuevos mugarris en el Leitzaran

Recientemente me he tropezado con dos mugarris (mojones) en el valle del Leitzaran, que no conocía.

Uno de ellos está junto al arroyo Lorditz, en su margen izquierda, unos metros más abajo de su unión con el arroyo Urdanbide. Está en plena zona de las minas de Lorditz, antiguamente llamadas Nordeiza.

Está roto en dos mitades y tumbado en el suelo junto a otras piedras. Por eso cabe suponer que su ubicación original no era esta, si bien no sería muy lejana. Es de piedra caliza (que destaca sobre las areniscas del terreno), y su mitad superior tiene una sección de 14x21 centímetros (la inferior es ligeramente mayor, y su talla más basta). Su longitud total es de 85 centímetros. Tiene las caras laterales lisas sin inscripciones, y en la cara superior hay tallada una línea en el sentido de la mayor de sus dos dimensiones.


Es similar a otros mojones existentes en el valle, que seguramente fueron colocados para las divisorias de los terrenos vendidos por las villas de Berastegi y Elduain durante el siglo XIX. Como hipótesis, podría ser un mojón que estaba siendo trasladado a su ubicación definitiva, unos 70 metros aguas abajo en la orilla opuesta (límite entre los terrenos de Tsuisalde y Baztarrola, pertenecientes a la ferrería de Plazaola) (ver http://berastegi-eta-inguruak.blogspot.com/2017/09/leitzarango-basoak.html).

El otro mojón está en la pista que sube al nivel 2 de las minas de Bizkotx, unos 50 metros antes de cruzar el arroyo Bizkotx, en la orilla izquierda en sentido ascendente (casi siempre cubierta de zarzas).

Del terreno asoma su parte inferior (está roto, y le falta la superior). Es de piedra caliza, y su sección es aproximadamente de 16x23 centímetros, similar a la de la parte inferior de otros mojones similares (por ejemplo, el de Lorditz que acabamos de ver). Su orientación es en el sentido longitudinal de la pista. Sin duda tuvo una finalidad similar a la del mojón anterior.


jueves, 4 de febrero de 2021

Inturia, caserío en peligro

Cuando vamos por la Vía Verde de Plazaola, por el valle del Leitzaran, nos llama la atención el puente de Inturia, a unos siete kilómetros de Andoain. Tiene dos ojos desiguales, y podría datarse en la segunda mitad del siglo XVIII.


Al otro lado del puente se encuentran los restos de la ferrería de Inturia: unos trozos de paredes, unas pocas escorias, el canal… y el caserío, antigua vivienda de la ferrería y su vestigio más notable.

Cuando en 1990 la Diputación guipuzcoana compró las fincas que la Papelera Zikuñaga tenía en el valle del Leitzaran se convirtió en dueña del caserío. En él siguió trabajando Claudio Escandón, que había sido guarda forestal de la papelera; entre otras tareas, mantenía y explotaba la vivienda con huertas y algún ganado. Después de jubilado aún trabajó unos años en el lugar, hasta que se retiró por motivos de salud cerca de  2010.


Desde entonces el caserío permanece cerrado y prácticamente sin mantenimiento, lo que en principio no debería ser muy preocupante. Pero desde 2012-2013 varias ventanas y balcones están permanentemente abiertos, por lo que la abundante lluvia de la zona (ayudada por los también habituales vientos) penetra en el interior de madera del caserío, con las consecuencias que son fáciles de imaginar.

Desde aquí quiero pedir al departamento correspondiente que ponga remedio a la situación, y no se llegue, por ejemplo, al estado actual de la borda Meaka en Urlio, con el tejado e interior totalmente arruinados por abandono.