¿Hay algún médico en la sala?
Porque la cariñosamente llamada “pagoda” de Beriñas (a pesar de la ausencia de curvas propia de las pagodas) se está cayendo.
No es exactamente patrimonio cultural (¿o sí?), pero si estuviese en Donostia se habría calificado como “romántico”, con toda la protección que ello conlleva (o sea, ninguna, como la cúpula del Bellas Artes).
Algún lector de este blog conocerá, sin duda, al propietario o inquilino de Beinez. Estaría bien convencerle (o ayudarle) para que simplemente coloque un par de tirantes sujetando el palomar a la ladera del monte para que no se caiga.
Actualización - A finales de marzo de 2017 ha desaparecido definitivamente el "monumento".
1 comentario:
Sí, en Andoain muchos conocemos al dueño de la “pagoda”. Describiré un suceso y que cada cuál saque sus conclusiones. Hace ya algunos años, al propietario se le escapó un burro. Llegó hasta lo las ruinas de lo que fue Celulosas de Andoain. Ahí metió las patas delanteras en un agujero que no vio y se quedó imposibilitado para salir.
Tanto ertzainas como personal del Ayuntamiento trataron de salvarlo, sacándolo de donde estaba, pero no hubo manera. Estaba muy debilitado por su avanzada edad. El Ayuntamiento corrió con los gastos de un veterinario para que lo examinara. Le inyectó, como última alternativa, un estimulante con la esperanza de que sirviera para que, por sus propios medios, intentara salir. Y funcionó… Un baserritarra donó una alpaca de paja para que se alimentara algo y recuperara fuerzas.
El dueño ni se presentó, ni hubo una llamada de teléfono agradeciendo lo que tanto policías, Ayuntamiento y particulares hicieron para salvar SU burro.
Ergo…
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