En 2003 se publicó (en la revista de una Sociedad de Ciencias) un interesante artículo sobre la exploración de una mina-cueva existente en el valle del Leitzaran, con el nombre de “Mina de Erankio”, en Leitza. En él se trata tanto de la fauna cavernícola pobladora del lugar como de sus aspectos geológicos, entre los que destacan una serie de espeleotemas (estalactitas, estalagmitas, gours, coladas, etc., producto de la acción de corrientes y filtraciones de agua subterráneas). Al interés intrínseco de dichas formaciones hay que añadir su extrema fragilidad.
En ese artículo se dan unas coordenadas que no son correctas (son las de una antigua cantera, con paredes de fuertes pendientes y sin restos de minas). A pesar de todo, basándome en la información de ese artículo publiqué la ficha correspondiente en la página del Leitzaran (como Mina de Frankio, nombre de un caserío muy próximo), en la sección de minas, ya que estaba claro que la mina estaba en Leitza y cerca de Frankio; además en la zona de Frankio hay más minas (Etxetxurieta). Quedaba pendiente su localización correcta.
Por otro lado también tengo recogida una mina, la Mina de Plazaola, junto al caserío homónimo, en Berástegi. Básicamente la información publicada eran unas observaciones mías de campo (no hay que confundir esta mina con las minas de Bizkotx, a las que a veces se les llama también “minas de Plazaola”).
Lo que no se me ocurrió era algo muy sencillo: que la mina “de Erankio”, en la navarra Leitza, era en realidad la mina de Plazaola, en la guipuzcoana Berastegi, a 300 metros al N de las coordenadas incorrectas. Y resulta que coinciden totalmente todos los planos del citado estudio con todas las bocas observables en Plazaola, tanto en planta como en lo relativo a la altimetría.
Así que la mina objeto del estudio es, en realidad, la de Plazaola. La certeza me la ha dado otro artículo publicado recientemente (2011), sobre una exploración espeleológica de estas minas por parte de un grupo que buscaba las minas de Frankio. ¿Cual fue mi error? Yo creo que la rotundidad con la que se situaban las minas en Leitza, y en una zona con más minas, lo que era creible al cien por cien.
Por lo tanto he fundido mis artículos de las minas de Frankio y las de Plazaola en el de esta última; y he añadido fotos y descripciones de la última exploración.
¿Cual es la explicación para el error en las coordenadas (casi 300 metros)? Por la distancia y dirección del error hay que descartar equivocaciones de conversiones geográficas, por ejemplo. La más plausible es que se trató de ocultar la situación verdadera para proteger los espeleotemas de la mina-cueva, MUY delicados.
El primer estudio (de 2003, el de las coordenadas erróneas) es de Carlos Galán, de la Sociedad de Ciencias Aranzadi.
El segundo artículo (exploración de 2011) es de Luis Moya, de la Sociedad de Ciencias Naturales Gorosti.
Fotos del 24-11 tomadas por Paola y Manolo M
Hace 12 horas
1 comentario:
¡Meticulosa tu laboriosidad extrema...! No das puntada sin hilo; y éste te llevó, en su momento, a una razonable conjetura.
Cordiales saludos
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