El municipio guipuzcoano de Villabona llega por el este hasta el río Leitzaran, y durante un par de kilómetros la orilla izquierda de este río le pertenece. En tan corto espacio hubo dos ferrerías que trabajaron durante varios siglos: la de Amasaola y la de Larbarrain.
Esta última tuvo una vida efímera: poco más de cien años, desde finales del siglo XV a finales del XVI. Pese a ello aún se conservan un par de elementos que nos permiten saber exactamente dónde se encontraba: el trazado de su canal, que llevaba el agua para mover las ruedas hidráulicas, y escorias. Como en otras ferrerías, aquí también nos encontramos con el consabido escorial en forma de montículo.
Todavía no hay muchas zarzas en la zona, así que hace unos días aproveché para sacar unas fotos de las escorias; os dejo solo una, pues no es un tema muy fotogénico.
Muy cerca de este lugar había una zona apropiada para poner unas tiendas de campaña, en un lugar bonito y fresco a la orilla del río y con una fuentecita cercana. Esta zona era conocida como las campas de Bertxin. Ahora haya poca hierba y muchas piedras. También nos encontraremos muy cerca con las ruinas de una borda en la que se podía pernoctar, pero que se quemó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario