Recuerdo que cuando yo era crío teníamos un libro de Historia Sagrada, en el que se contaba la “Parábola del sembrador”. Tengo grabada en la mente la ilustración que la acompañaba: un labrador esparciendo semillas enérgicamente con la mano. No es la que acompaña a este artículo, pero tenía un aire.
Fuente: Wikipedia
En el valle del Leizarán no sólo hay basajaunes, lamias, zombies, orcos y otros entes similares; es peor: hay sembradores de zarzas.
Frecuentemente me ocurre que al ir a recorrer al cabo de unos años no ya un sendero perdido, sino una ancha pista forestal, me los encuentre intransitables debido a tan simpática planta. Y no puedo evitar el mismo pensamiento de siempre: “por aquí ha pasado el sembrador de zarzas”.
PD - En ocasiones alguien se dedica a limpiar y desbrozar antiguos caminos. Gracias.
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