Acaban de cumplirse cinco años del último estropicio serio sufrido por un resto arqueológico en el valle del Leizarán. Me estoy refiriendo a las ruinas de la ferrería de Plazaola. En la noche del 7 al 8 de marzo de 2007 una serie de desafortunados incidentes relacionados con la central eléctrica Plazaola 1 ocasionaron la destrucción de parte de las anteparas de la ferrería, así como de otros muros y elementos de ésta.
En esos momentos las ruinas habían sufrido serios daños, pero lo que originó el mayor desastre fue la posterior actuación del propietario de la central. No me extiendo con más detalles; podéis leerlo en este artículo. Y todo con el conocimiento de las autoridades encargadas de la protección de ese patrimonio cultural que es de todos.
En el primer aniversario y en el segundo publiqué en este blog sendos recordatorios de los hechos; habrá que seguir dando la tabarra de vez en cuando, aunque ya sé que no sirve absolutamente para nada. ¿Nos concienciaremos alguna vez no sólo de la importancia que tienen esas ruinas para nuestra cultura, sino de la irreversibilidad de acciones como esa?
Track y crónica del domingo 8 de diciembre
Hace 1 día
2 comentarios:
El alma a los pies. ¡Ay! Gracias por tu trabajo de divulgación, Xabier, no te canses.
Ahí, ahí...
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