Recientemente se han publicado y distribuido una colección de mapas y recorridos guipuzcoanos, publicada por la Fundación Gipuzkoako Parketxe Sarea, Kutxa y la Diputación Foral de Gipuzkoa. Presumo que se han editado unos cuantos miles de ejemplares.
Uno de los mapas está dedicado al valle del Leitzaran y su biotopo protegido. Como todo trabajo de este tipo, el mapa tiene aspectos muy bien trabajados y otros susceptibles de mejora en mayor o menor grado. En el caso concreto de este mapa se ha cuidado bastante la toponimia (aunque tiene algunos errores), se indican muy bien los monumentos prehistóricos, y se ha prestado mucha atención a las minas que ha habido en el valle. También se han molestado en numerar los túneles del Plazaola, detalle que es de agradecer.
Me llama la atención que, a pesar del título del mapa, no se habla del biotopo propiamente dicho en nigún sitio. El contorno del mapa refleja fielmente el biotopo (que ocupa sólo 74 ha) y su zona periférica de protección (casi todo el valle guipuzcoano, cerca de 7000 ha), pero no se menciona en el texto, ni se atiende a su fauna y flora.
También se observa un total ostracismo en lo referente a las centrales hidroeléctricas del valle. Para lo bueno y para lo malo son elementos integrantes del valle, al igual que las minas (que sí se tratan de forma amplia). Alguno de los canales se aprovecha de forma eficaz para realizar marchas montañeras.
Pero este mapa tiene una carencia realmente seria, relacionada con nuestro patrimonio histórico y cultural. Después de los restos prehistóricos que rodean el valle hay un elemento que, de forma indiscutible, constituye la gran riqueza cultural de este valle,tanto por su antigüedad como por la gran importancia económica que tuvo (marcó profundamente el modo de vida de las gentes de la comarca). Me estoy refiriendo a LAS FERRERÍAS, esas antiguas fábricas que obtenían hierro a partir del mineral.
La historia reciente del valle está salpicada de continuas agresiones y destrozos a estos venerables restos. La última salvajada ocurrió en marzo de 2007, en la ferrería de Plazaola. Ferrería cuyos restos están protegidos por una ley que no se respeta ni se hace cumplir.
Sólo hay una forma de conservar nuestro patrimonio: conociéndolo y dándolo a conocer a todos. Si sabemos de su existencia y de su historia, lo vemos y visitamos, podremos apreciar su importancia y la necesidad de que se mantenga para la posteridad.
El mapa del que estoy hablando era una oportunidad única de plasmar la situación de las ferrerías del Leitzaran, y de citarlas en el texto, invitando a conocerlas y a respetarlas, invitando a conocer los estropicios de Plazaola y de Olloki. Gran oportunidad desperdiciada.
El Leitzaran sin las ferrerías no es el Leitzaran. SUSPENSO.
Actualización (9/11/2010) - Por fin he recibido una respuesta de la gente relacionada con el mapa del Leitzaran. La respuesta puede verse en la web de gipuzkoa mendiz-mendi. La copio aquí para comodidad del lector:
Es increíble la gran cantidad de valores que guarda nuestro querido Leitzaran. Seles, regatas, bordas, bosques, mojones, fauna, minas, paisajes, caleros, caminos, historias, personas, molinos, túneles, canales, presas, ferrerías, restos prehistóricos ... Tantos que la necesaria discriminación a realizar para poder ver el mapa que hay debajo sabemos que herirá muchas sensibilidades. De veras que lo sentimos. En el caso particular de las ferrerías (Bertxin, Amasola, Intturia, Olloki, Beriñes, Ameraun, Mustar, Barrenola y Plazaola) todas se encuentran en terrenos de propiedad particular y su estado de conservación es muy malo, incluso peligroso. Nos pareció aventurado marcarlo en un plano tan general y preferimos dejarlo para los aventureros y exploradores. Los próximos paneles informativos a colocar a lo largo del valle profundizarán un poco más en los valores de Leitzaran, aunque siempre quedará el misterio, el recodo, la sorpresa. Un saludo. Dirección.
Es decir, que la omisión es intencionada. El hecho de que la mayoría de las ferrerías (no todas) estén en propiedad particular no es un obstáculo, siempre que se indique claramente: una buena parte de las minas que aparecen en el mapa están situadas en terreno particular, así como alguno de los monumentos prehistóricos que también se señalan.
Con respecto a la peligrosidad, ninguna de las ruinas es particularmente peligrosa. Cuando queráis, quedamos y os las enseño. Cualquiera de las minas indicadas en el mapa presenta riesgos mucho mayores, incluidos sus hornos de calcinación: uno de los hornos de Bizkotx sufre frecuentes caídas de piedras; a pesar de todo, las minas están perfectamente indicadas en el mapa.
Creo que no es cuestión de herir sensibilidades. Lo que ocurre es que se ha desaprovechado una magnífica oportunidad de dar a conocer y ayudar a conservar nuestro muy deteriorado patrimonio histórico, y hay que decirlo.
5 comentarios:
¡Jopé! Tienes que escribir a la Fundación Gipuzkoako Parketxe Sarea, Kutxa y la Diputación Foral de Gipuzkoa. Aunque quizá ya lo has hecho...
Tal vez así mejoren el mapa en futuras ediciones.
Sí, ya me he puesto en contacto con gente relacionada con el mapa, aunque sospecho que la corrección es difícil (no creo que haya segundas ediciones).
Para que no se repita una cosa así, primero hay que saber qué es lo que ha pasado; eso sí puede averiguarse.
No entro en detalles como copiar sin citar fuentes, etc., que comparado con lo de las ferrerías son nimiedades.
Careciendo de toda justificación, es tan imperdonable como absurdo eludir su existencia. Tanto más cuanto que, aparte otras consideraciones, no mencionando esas gloriosas ruinas, borran la memoria de aquellos trabajadores (en condiciones durísimas) y sus familias; cuyos descendientes, algo debieran hacer para honrarla.
Todavía, si cabe, ha sido más vergonzosa e indignante (por sus injustificables argumentos) la aclaración que su silencio anterior. A la par que resulta injustificable, ofensivo y denigrante calificar de aventureros y exploradores a estudiosos de esa parte de la historia local del hierro en esa zona. Labores y esfuerzos que, desgraciada e inmerecidamente, ningunean las insensibles Instituciones Públicas que tenemos.
Un abrazo
Ujué, no podía decirse mejor, gracias. Los que no tenemos categoría "institucional" somos "aventureros y exploradores" en vez de "estudiosos".
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