Va uno caminando tranquilamente por la vía verde, con su familia y con unos amigos y sus hijos. Hace un día estupendo. Todos contentos y felices, pensando ya en almorzar.
De repente aparecen media docena de energúmenos en sendas BTTs, y nos sobrepasan a toda velocidad y casi rozándonos. Alguno nos dice, gritando, que nos apartemos.
Podía haber sido peor: dentro de un túnel (iban sin luces), o haberse llevado por delante a algún niño.
Las vías verdes en general (y la del Plazaola en particular) contemplan su disfrute en igualdad de condiciones por parte de peatones, ciclistas, caballerías y similares. Sin más. Se supone que se aplica el sentido común y el respeto mutuo. Nadie tiene prioridad sobre otros tipos de locomoción. Más aún: qué mejor lugar para aplicar el respeto al más débil.
Pues, no señor. La escena que he descrito antes es bastante más habitual de lo que se pudiera pensar. Muchos ciclistas piensan que una vía verde es un bidegorri para su uso casi exclusivo, y que los peatones son elementos espurios que no hacen más que estorbar. No me lo invento. Invito a quien lo desee a ir a comprobarlo cualquier fin de semana de buen tiempo.
Hay que decir también que la mayoría de los ciclistas tiene un comportamiento correcto: un amigo mío incluso farda de llevar timbre en la bici y tocarlo (¡!).
Predicción meteorológica para el domingo
Hace 22 horas
3 comentarios:
Pues que raro, será que no hay carretera, porque tanto en Oyarzun como en Miramón, que hay bidegorris junto a la carretera, los ciclistas siempre van por estas, normalmente en paralelo, sin importarles tener 20 coches detrás... ¡y el bidegorri vacio!
Vamos, que para los ciclistas, los bidegorris son cosa de críos...
Cierto que siempre van las típicas 4 o 5 señoras cotorreando y ocupando todo el ancho del bidegorri, pero es para pasear, no hacer carreras, les das una voz y te abren paso...
Un saludo
PD: Cuanto más se respeta a los ciclistas, más kamikazes se vuelven...
No, no hay carretera. Me refiero a la Vía Verde del Plazaola, mayormente usada por ciclistas y peatones. Ambos tienen la misma prioridad, pero las bicis avasallan a los caminantes. El problema se agrava con los niños.
Aparte la falta de educación vial, está la de la obligatoriedad (¿?) de llevar timbre. Y usarlo, ¡claro! Por lo demás, a este paso tendrán que colocar controles de rádar...¡hasta por los senderos de los bosques...!
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