lunes, 5 de enero de 2009

Otros tiempos no tan lejanos

Al leer la última entrada del blog de Ander me resulta imposible retrasar la publicación de lo que sigue. Es, simplemente, uno de tantos e-mails que se reciben casi a diario, y de los pocos que dan tan certeramente en el clavo. El texto se comenta a sí mismo.


Es para las personas que nacieron antes de 1975.

- Fuimos la generación de la "espera"; nos pasamos nuestra infancia y juventud esperando.

- Teníamos que hacer "dos horas de digestión" para no morirnos en el agua,dos horas de siesta para poder descansar, nos dejaban en ayunas toda la mañana del domingo hasta la hora de la comunión, los dolores se curaban esperando:

- Mirando atrás, es difícil creer que estemos vivos:

- Nosotros viajábamos en coches sin cinturones de seguridad y sin airbag, hacíamos viajes de 10-12 h. con cinco personas en un 600 y no sufríamos el síndrome de la clase turista. No tuvimos puertas, armarios o frascos de medicinas con tapa a prueba de niños.

- Andábamos en bicicleta sin casco, hacíamos auto-stop, más tarde en moto, sin papeles.

- Los columpios eran de metal y con esquinas en pico. Jugábamos a ver quien era el más bestia.

- Pasábamos horas construyendo carros para bajar por las cuestas y sólo entonces descubríamos que habíamos olvidado los frenos.

- Jugábamos a "txorro, morro, pico, tallo, ke" y nadie sufrió hernias ni dislocaciones vertebrales.

- Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y sólo volvíamos cuando se encendían las luces de la calle.

- Nadie podía localizarnos. No había móviles.

- Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para castigar a los culpables.

- Nos abríamos la cabeza jugando a guerra de piedras y no pasaba nada, eran cosa de niños y se curaban con mercromina y unos puntos. Nadie a quién culpar, sólo a nosotros mismos.

- Tuvimos peleas y nos "esmorramos" unos a otros y aprendimos a superarlo.

- Comíamos dulces y bebíamos refrescos, pero no éramos obesos. Si acaso alguno era gordo y punto.

- Compartimos botellas de refrescos o lo que se pudiera beber y nadie se contagió de nada.

- Nos contagiábamos los piojos en el cole y nuestras madres lo arreglaban lavándonos la cabeza con vinagre caliente.

- Quedábamos con los amigos y salíamos. O ni siquiera quedábamos, salíamos a la calle y allí nos encontrábamos y jugábamos a las chapas, a coger, al rescate, a la taba..., en fin, tecnología punta.

- Íbamos en bici o andando hasta casa de los amigos y llamábamos a la puerta.

- ¡Imagínense!, sin pedir permiso a los padres, y nosotros solos, allá fuera, en el mundo cruel ¡Sin ningún responsable! ¿Cómo lo conseguimos?

- Hicimos juegos con palos, perdimos mil balones de fútbol.

- Bebíamos agua directamente del grifo, sin embotellar, y algunos incluso chupaban el grifo.

- Íbamos a cazar lagartijas y pájaros con la "escopeta de perdigones", antes de ser mayores de edad y sin adultos, ¡¡DIOS MÍO!!

- En los juegos de la escuela, no todos participaban en los equipos y los que no lo hacían, tuvieron que aprender a lidiar con la decepción.

- Algunos estudiantes no eran tan inteligentes como otros y repetían curso... ¡Qué horror, no inventaban exámenes extra!

- Veraneábamos durante 3 meses seguidos, y pasábamos horas en la playa sin crema de protección solar ISDIN 15, sin clases de vela, de paddle o de golf, pero sabíamos construir fantásticos castillos de arena con foso y pescar con arpón.

- Ligábamos con las chicas persiguiéndolas para tocarles el culo, no en un chat diciendo ": )" ": D" ": P".

- Tuvimos libertad, fracaso, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello.

- No te extrañe que ahora los niños salgan gilipollas. Si tú eres de los de antes... ¡Enhorabuena !

Muchos os veréis retratados en esas líneas.


7 comentarios:

Anónimo dijo...

Xabi, yo nací 10 años más tarde pero me identifico con el 90% de las cosas que aparecen aquí. Yo también he recibido algún e-mail de estos sobre la década de los 80 y me he emocionado. Las dos horas de la digestión, la mercromina, los viajes infinitos en coches de chapa, rompernos la crisma los unos a los otros, las chapas, las canicas, las tabas, las lagartijas, los cromos, jugar en la calle, etc...

Bueno y alguna que otra cosa más bestia que es mejor no contar.

Creo que la clave del éxito está en que "tuvimos libertad, fracaso, éxito y responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello".

Urte berri on, "Leitzaranzaina". Mila esker.

Sergio dijo...

No serán tan lejanos pero sí otros tiempos.

Anónimo dijo...

"Cualquier tiempo pasado fue mejor"... o peor; según se mire al idealizarlo. Y eso que, allá por los setenta, todavía sonaba en las plazas la algarabía de las niñas con sus canciones de juegos y comba (incongruentes en muchas de sus letras)de los años cincuenta...
Hoy en día, al terminar las clases, una infancia (aún tierna) empalma la salida de ellas con las de judo, ballet, idiomas, música...

En referencia al recorrido a Usabelartza ¡qué hermosa fotografía será la de ese carasol cubierto de nieve, Xabi!.

Mis mejores deseos para todos vosotros, blogsistas que tantas enseñanzas ponéis a nuestra disposición, para el nueve/nuevo año.

Saludos cordiales

P.D. ¡Ah! Y yo tampoco caí en la inocentada (ji, ji, ji) Quizá porque ya venimos todos escarmentados del último "descubrimiento arqueológico"...

leitzaran dijo...

¡Argf! ¿Será la edad? Lo cierto es que en el pueblico en el que me crié, en los 60, era normal hacer dos equipos (a pies, por supuesto) para hacer una batallita a pedrada limpia. Había pocos chichones: pronto aprendías a esquivar las piedras.

Y todos llevábamos en el bolsillo alguna de las "consolas portátiles" de la época: una pelota de mano, una peonza, chapas, canicas.

eresfea dijo...

Di que sí.

Anónimo dijo...

Aprendi mucho

Anónimo dijo...

He intención de publicar algo como esto en mi página web y me dio una idea. Saludos.